En publicaciones anteriores os hemos hablado sobre diferentes géneros del cine, así como de diferentes formatos como el cortometraje. En esta ocasión dedicaremos este artículo al cine documental, una manera de hacer arte de forma reivindicativa o simplemente, de nutrirnos de conocimiento.
El cine documental indaga la realidad, nos plantea discursos sociales, representa historias particulares y colectivas que constituyen una memoria de la cultura en su más amplio sentido.
Podría decirse que es eminentemente didáctico y aunque algunos lo consideran “de segunda”, ha estado presente desde hace décadas con autoridad y eficacia. De hecho, debido a la precariedad y las situaciones adversas que en muchos casos los profesionales se encuentran en las filmaciones, el documental ha aportado al cine muchos de los inventos y recursos que se utilizan hoy.
Muchos expertos aseguran que el cine documental nació en el año 1922, al estrenarse la película “Nanook el esquimal”, de Robert Flaherty. Los primeros documentalistas fueron grandes exploradores que filmaron aspectos muy cercanos a ellos y otros en los más remotos lugares de la Tierra. Años después aparecieron directores que preferían grabar material más social, más cercano a su propia realidad, o el cine sobre la naturaleza, como los documentalistas de televisión que contaban con más medios.
El cine documental no es un género en sí, no se apoya en un modelo preexistente. Lo que sí podemos decir que tienen en común son los materiales que se manejan; se cuentan hechos que han sucedido o están sucediendo independientemente de que con ellos se haga o no una película. Los personajes existen también fuera del film, antes y después de él.
Esto es lo que principalmente lo diferencia de un film de ficción, pero este punto es tan importante y existe tal diferencia entre los materiales que deben manejarse, que las estrategias, técnicas y métodos de trabajo son radicalmente distintos. Esto también puede ocurrir en el caso de los documentales que narran hechos pasados y los que describen sucesos que tienen lugar en el presente.
Un documental que cuenta algo que ha ocurrido, opera con los restos de lo sucedido. Se trabaja con material de archivo: tomas, fotos o sonidos que pertenecen a la época en la que se desarrolle el hecho. Se puede trabajar también con imágenes filmadas en los lugares cuyos hechos sucedieron, además de apoyarse en relatos de protagonistas que vivieron esa etapa determinada y lo fundamentan con su testimonio. Por otro lado, cuando se cuentan cosas que están pasando, en el instante en que se están filmando, el trabajo se organiza de acuerdo a esta característica del material, cuyas eventuales particularidades deben preverse, para decidir qué va a grabarse y de qué modo.
Dentro del cine documental, encontramos diferencias en el enfoque y la temática: el documental cronista o de observación (cine a tiempo real), el “cinema verité” (la cámara provoca la acción de los sujetos), el documental de la naturaleza (no podemos dejar de nombrar a Cousteau y su investigación submarina), el documental histórico o el documental del súper-realismo (a modo de denuncia social).
IBIZA COMO ESCENARIO DEL CINE DOCUMENTAL
Después de esta reseña sobre los documentales, veremos el impacto que este tipo de films ha tenido en Ibiza y los títulos más importantes que se han rodado en nuestra isla.
Allá por 1973 se rodó “Vera paints Ibiza in the sun” y es la primera reseña que tenemos sobre este tipo de cine con imágenes de Ibiza. Es un corto de 19 minutos que nos habla del trabajo de la diseñadora norteamericana Vera Neumann y nos muestra sitios como Sa Penya, la Marina o el Puig de Missa en Santa Eulària.
En 1975 se estrenan “F for Fake”, donde Orson Welles analiza el arte y la falsedad que le rodean, y “Agost (Eivissa. Cròniques d´un ball)”Agosto. (Ibiza. Crónicas de un baile.)documental en formato corto que nos adentra en el “ball pagès”, una de las expresiones culturales más importantes de Ibiza.
Ya en la década de los 2000 la producción de cine documental en la isla es cada vez más prolífica, resaltaremos “A Tale of Two Hippies”, un largo que incluye planos rodados en Vila, el mercadillo de Sant Miquel y el de Las Dalias en Sant Carles y Benirràs, además de diversas discotecas y locales.
Siguiendo en los primeros diez años del siglo XXI, encontramos “Erwin Bechtold. Retrat d´un artista” (Erwin Bechtold. Retrato de un artistafilmado en la casa del pintor en Can Cardona en Sant Carles, “Eivissa terra endins” (Ibiza tierra adentro) y “Al voltant del riu de Santa Eulària” (Cerca del río Santa Eulària), ambos relacionados con la lengua, la historia y la cultura de Ibiza.
En 2011 se estrenan varios documentales rodados total o parcialmente en la isla como “Ibiza Occidente”,“Ibiza: Vuelo 602” (relato sobre el trágico accidente de aviación acaecido en 1972) y “L´horta de Santa Eulària”(El Jardín de Santa Eulària) de Enrique Villalonga, en el que se recogen testimonios de ibicencos cuyas vidas han estado vinculadas con el río de Santa Eulària.
Ya más cercanos a nuestros días, encontramos trabajos tan importantes como “La Revolució Turística” (La Revolución Turística) de los hermanos Alcántara, que nos introducen con su documental en la historia del turismo de Ibiza y Formentera, principalmente. Un trabajo muy cuidado con gran cantidad de material y que curiosamente se nutre de otros documentales anteriores como “F for Fake” del que os hemos hablado anteriormente.
Mención especial tenemos que hacer a los cortos documentales dirigidos por Villalonga titulados “Aiguallums” (Agualuces) que nos adentra en el proceso creativo de diferentes artistas a la hora de crear sus obras.
Si hay algo que nos ha quedado claro es que gracias al cine documental conocemos hechos, procesos y curiosidades que nos nutren de cultura y pensamiento crítico. Sin esta perspectiva a la hora de realizar un trabajo audiovisual fiel a la realidad, ya sea de sucesos pasados o presentes, nos perderíamos gran parte de las motivaciones de los que propician los acontecimientos y creaciones del mundo real.
Desde Ibiza Film Commission os animamos a aficionaros al mundo de los documentales, ya que son fuente de inspiración para la mente y su memoria.